No existe una sola manera de sembrar y esa es la gran duda que le surgen a los nuevos amantes de la jardinería y huertos. Explorar los tipos de siembras es fundamental para aprovechar los espacios y lograr una producción exitosa. Hay opciones más conocidas como la siembra directa o indirecta, pero no son las únicas.
Incluso puedes elegir espacios más controlados como los invernaderos multitúnel, invernadero multicapilla o el gran invernadero gótico. Sea cual sea la alternativa, es necesario que aprendas más sobre las técnicas de siembra, así que te invitamos a seguir leyendo y no perderte los detalles.
¿Qué es sembrar?
Se entiende por siembra a cualquier acción o actividad que conlleve poner semillas en tierra para que después germinen y comiencen a crecer. Es un proceso natural y ocurre porque las semillas tienen un embrión del cual nacerá una planta. Asimismo, existen semillas de todo tipo, con diferentes características y cuidados especiales.
Por otro lado, la siembra requiere de ciertos cuidados y factores para poder lograrlo. No con solo poner una semilla algo nacerá, se deben analizar los suelos, la calidad de la propia semilla, el clima, la temperatura y mucho más. Por ello existen siembras que son más efectivas en algunas épocas y tipos de siembras que son mejores para el desarrollo de algunos frutos.
Factores para elegir el tipo de siembra
Los tipos de siembras se pueden elegir según los siguientes factores:
- El tamaño que tendrá la planta o toda su cosecha.
- El tamaño de la semilla.
- La parte comestible de la planta,
- La temperatura que requiera la planta.
Tipos de siembra
Para que elijas el ideal para tu proyecto agrícola o siembra en casa, te hablaremos de los tipos de siembras, son 9 y cada uno se adapta a diferentes necesidades.
Siembra directa
La siembra directa es excelente para llevar las grandes semillas directamente al suelo y que se desarrollen con suficiente espacio. Además, podrán crecer con buen tamaño si tienen la profundidad adecuada. De igual manera, se debe tener un suelo preparado para ellas y es muy utilizado en casos como guisantes, ajos, zanahorias, patatas, nabos, entre otros.
No existe un límite para que un fruto no se desarrolle dentro de la siembra directa, ya que sus raíces podrán extenderse todo lo que quieran.
Siembra indirecta
La siembra indirecta es otra de las técnicas de siembra más utilizadas. Consiste en poner las semillas a cubierto para que puedan tener condiciones óptimas y germinen. Es decir, no irán directamente a la tierra, sino que después serán trasplantadas para tener un último lugar antes de la cosecha.
Lo positivo de esto es que permite mayor control sobre la siembra, en especial si no se cuenta con un espacio de suficiente luz o con la temperatura para sembrar directamente.
Siembra a voleo
Los agricultores conocen muy bien esta técnica, pues se trata de esparcir semillas de manera aleatoria por todo el terreno. La mayoría de las veces se hace mezclándolas con tierra si son semillas muy pequeñas. Al terminar, se agrega más tierra de cultivo sobre la zona y hasta que queden simplemente cubiertas con una gruesa capa.
Siembra de precisión
La siembra de precisión se suele hacer de manera mecánica, ya que la mejor forma es utilizar máquinas para organizar las semillas a distancias precisas. Dichas máquinas pueden abrir los espacios, depositar semillas y taparlo con el grosor adecuado. Sin embargo, en caso de querer hacerlo manual, hay que tratar de que todo sea equidistante y organizado.
Es lo ideal para que cada planta crezca cómodamente, aunque es más usada para semillas de tamaños pequeños y medianos.
Siembra en hoyos
La siembra de hoyos es una técnica ideal para semillas de tamaño mediano y grande. Se trata de poner las semillas en agujeros previamente cavados, a una profundidad ideal y con espacios óptimos para cada necesidad. Después, se cubrirá con tierra, pero sin mucho prensado.
Siembra a tresbolillo
No podíamos olvidarnos de la siembra a tresbolillo. Consiste en hacer hoyos en forma de zigzag con la ayuda de un plantador. Después, se utilizarán cuerdas para saber en qué distancia se pondrá cada planta y el espacio entre una y otra. La idea es que una planta quede enfrente del punto medio de las otras dos.
Siembra en almácigos
La siembra en almácigos es ideal cuando se trata de semillas muy pequeñas o para aquellas que tardan en germinar y son más delicadas. Para hacerlo, se crea un pequeño espacio en la huerta con tierra, pero cerca del agua y protegido de las condiciones climáticas extremas. De hecho, se hacen muy bien en invernaderos porque les garantiza más control.
Siembra protegida
Esta se puede confundir un poco con la anterior, pero se trata de poner las semillas en sitios protegidos para que puedan germinar, y después trasplantarlas. Es una de las técnicas de siembra más populares para controlar el desarrollo de una planta y evitar que la semilla pase por condiciones adversas. Lo más común es utilizar recipientes como macetas y rellenarlas de sustrato.
Siembra en línea
Para cerrar, tenemos la siembra en línea y es lo más usado para las hortalizas. Se trata de crear un surco en línea para poner las semillas y después cubrir con tierra. La profundidad de dicho surco dependerá del tamaño de la semilla, pero lo estandarizado es hacerlo de 1 a 3 centímetros.
Pero siempre recuerda que las necesidades de cada semilla son diferentes, puesto que las plantas y cultivos se irán desarrollando con condiciones especiales. Para tener un espacio más controlado, lo ideal es contar con invernaderos como los de Fertri.
Tenemos estructuras de gran resistencia y tamaño como los Invernaderos multitúnel, ideales para una buena extensión de siembra. De igual forma, está el invernadero Gótico, el cual lleva ese nombre por su nave en forma gótica que permite ensancharse más.
Por otro lado, esto se puede complementar con un invernadero multicapilla, un tipo de invernadero convertido en almacén a dos aguas. Las cubiertas son rígidas, pero es todo desmontable.
¿Qué esperas para comenzar a sembrar? Contáctanos y descubre más de los invernaderos.